diumenge, 23 de maig del 2010

¿Cómo es un anciano? Un anuncio denuncia la corta esperanza de vida en África



La hambruna, y sobre todo el sida son las principales causas de mortalidad en África, una enfermedad que además repercute en todos los sectores económicos y sociales.

Actualmente, la esperanza de vida de los africanos es de 47 años, una edad reducida sobre todo por la epidemia del sida, cada vez más extendida en las áreas rurales del continente.

Un anuncio realizado por la agencia TBWA, muestra como un poblado se espanta y huye al ver aproximarse a un anciano. ¿Qué por qué? Porque la esperanza de vida es cada vez más corta y si no se consigue parar la epidemia del sida, pronto no sabrán que aspecto tiene un anciano.

El sida, además de ser una enfermedad que mata a millones de personas, supone un socavón para la sostenibilidad del desarrollo del continente africano. Según un estudio realizado en Kenya y publicado por la FAO, la población muere antes de poder transmitir sus conocimientos y experiencias a la siguiente generación y sólo el 7% de las familias campesinas encabezadas por un huérfano cuentan con conocimientos suficientes de producción agrícola.

Además, la pérdida de personas productivas en la sociedad afecta gravemente a la capacidad de las familias de producir y comprar alimentos. También, la acogida de huérfanos de sida reduce los alimentos disponibles para cada miembro de la familia y el cuidado de parientes enfermos, la productividad agrícola de esta. Según la OMS, el sida es la causa de muerte de más de siete millones de trabajadores agrícolas desde 1985 en los 25 países más afectados de África y se podría cobrar otros 16 millones de vidas antes de 2020.

Por otra parte, mucho personal básico para el desarrollo de las comunidades muere a causa de la enfermedad como el 58% del personal del Ministerio de Agricultura de Kenya, o 1.300 profesores durante 1998 en Zambia, según datos de la FAO.

Además, las mujeres son las más vulnerables a sufrir la enfermedad por factores biológicos y sociales. Muchas son infectadas porque en África el hombre puede tener diferentes parejas sexuales. También muchas de ellas, al enviudar, tienen que prostituirse para sobrevivir.

El informe indica que desde 1985 han fallecido por el SIDA siete millones de trabajadores agrícolas en 25 países africanos. Solamente en 2001, el SIDA se cobró la vida de alrededor de 500 000 personas en los seis países predominantemente agrícolas amenazados por la hambruna, la mayoría de las cuales estaban en la etapa más productiva de su vida.

Y aunque la cifra de muertes haya disminuido en algunos países, la zonas rurales del continente africano siguen siendo muy vulnerables a la enfermedad, sobre todo por la falta de información y medidas preventivas.

Para el Dr. Piot, director ejecutivo de ONUSIDA, “lo que está ocurriendo en África ilustra claramente que el sida no puede abordarse de modo aislado. Las respuestas al sida deben tomar en cuenta el hecho de que la epidemia repercute en todos los sectores económicos y sociales”.

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