dilluns, 12 d’abril del 2010

To shoot an elephant


Alberto Arce, periodista gijonés de 32 años, acaba de presentar su nuevo documental, ‘To shoot an elephant”. Una pieza que narra su experiencia como periodista empotrado en una ambulancia palestina durante la Operación Plomo Fundido.

En diciembre de 2008 Israel prohibió el acceso de la prensa internacional en Gaza, pero Alberto Arce consiguió burlar ese bloqueo y contar, escribir y grabar sobre el terreno lo que estaba sucediendo. El documental, ha sido galardonado con el premio a la mejor dirección del Festival dei Popoli de Florencia para Alberto Arce y Mohammad Rujailah.

¿Cómo conseguiste burlar el bloqueo?
Entré desde el puerto de Larnaca en Chipre, diez días antes de que comenzará el bombardeo, gracias a un movimiento llamado ‘Free Gaza’. Yo entraba con el encargo profesional de filmar un documental.

Cuando presentas el documental, hablas del periodismo empotrado, ¿qué es ser un periodista empotrado?
Los conflictos se cuentan desde el punto de vista de los ejércitos, es decir, el periodista tiene que empotrarse dentro de los ejércitos extranjeros que entran a invadir un país. Es el único modo de llegar a los lugares y eso ataca directamente a la libertad de información. Yo no critico a los periodistas que van empotrados con los ejércitos porque no les queda otra opción, pero en un caso como el de Gaza en el que yo estaba solo y podía “simbólicamente” definir mis propias reglas del juego, decidí empotrarme en vez de con los militares, con los civiles. En vez de viajar montado en un tanque, viajar montado en una ambulancia; y en vez de llevar un chaleco antibalas, llevar un chaleco de la media luna roja y colaborar en el rescate de heridos.

¿Qué es lo que más te ha impactado de esta experiencia?
Que no ha tenido ninguna consecuencia. Es decir, un ejército puede bombardear hospitales, utilizar armas químicas, disparar a médicos y cortar los suministros básicos a la población civil y no pasa nada. El Derecho Internacional ha calificado lo que ha hecho Israel como crímenes de guerra, y como crímenes tienen que ser perseguidos, juzgados y castigados. Lo que más me sorprende, lo que más me impacta, lo que más me duele es pensar que yo grabé una serie de hechos que deberían tener consecuencias y no es así.

¿Qué opinas acerca de las reacciones de la Unión Europea, de Estados Unidos y entidades como Amnistía Internacional ante la invasión del pasado enero?

Me ciño al Informe Goldstone, emitido por las las Naciones Unidas que denuncia, igual que Amnistía Internacional, que ambas partes realizaron violaciones a las Comisiones de Ginebra. No difiero con lo que dice Naciones Unidas pero la guerra, que es el mecanismo más miserable de relación entre humanos tiene reglas, y esas reglas hay que respetarlas. Y las convenciones de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario dicen que cuando uno va a la guerra tiene que actuar en el principio de proporcionalidad en el ejercicio del uso de la fuerza y el principio de distinción entre combatientes y civiles. Y lo que creo es que el nivel de fuerza utilizado por Israel en la Franja de Gaza adquiere unos tintes de desproporcionalidad tan inmensos que sin olvidarnos del lanzamiento de cohetes por parte de Hamas, que es también algo absolutamente condenable, sólo pongo encima de la mesa que en tres semanas murieron 1.500 palestinos y por otra parte, 5 israelíes. Todas los muertes son igualmente condenables y dolorosas pero la balanza de la muerte desde hace mucho tiempo está inclinada a favor de los israelíes.

¿Por dónde crees que pasaría la solución en este conflicto?
Como periodista uno no debería nunca aportar una solución, sólo ceñirse a los hechos. En mi caso concreto, y voy a excederme en lo que debería decir, la única solución entre Palestina e Israel está en la aplicación del Derecho Internacional. A Israel se le permite comportarse por encima de la ley, y si se aplicase y se frenase la sistemática y masiva violación de los derechos humanos por parte de Israel, el conflicto se solucionaría mucho más rápido de lo que nosotros creemos. Además, en Occidente hemos perdido la capacidad de ver a los palestinos como seres humanos, los vemos como meras estadísticas, como un peón intercambiable en un juego geo-político y estratégico que va mucho más allá que la mera cuestión palestina.

¿Piensas que la operación Plomo Fundido era una estrategia de cara a las elecciones israelíes, que se celebraron al poco tiempo del alto al fuego?
Absolutamente. El Gobierno israelí de aquel momento veía que perdía las elecciones ante la derecha más radical y necesitaban ofrecer una imagen de duros ante el electorado para intentar ganar las elecciones.

Por último, ¿por qué has decidido distribuir gratuitamente el documental?Soy un defensor a ultranza del Creative Commons, la cultura y la creación se defienden compartiéndola. Además, en el caso de este documental, que lo que relata es una violación general de los derechos humanos, como autor no puedo capitalizar en mi interés propio el sufrimiento de otras personas.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada